Rapto de Perséfone

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Únicamente la joven hija de Perses, prudente, la oyó desde su cueva; Hécate de resplandeciente velo y el sobrano Helios....

lunes, 11 de julio de 2016

Himno Homérico a Démeter, El rapto de Perséfone

“Comienzo a cantar a Deméter de hermosa cabellera, venerable diosa, a ella y a su hija, de gráciles tobillos, a la que Aidoneo raptó _ y Zeus resonante, de voz de largo alcance, lo permitió_ cuando, lejos de Deméter, de espada de oro, que produce espléndidos frutos, jugaba junto con las hijas de Océano, de estrecha cintura, y cogía flores: rosas, flor del azafrán, y también hermosas violetas, en una suave pradera, y lirios, y también jacinto, y narciso que, como trampa, hizo brotar para la joven de tez fresca Gea, por voluntad de Zeus, para dar gusto al que acoge a muchos, maravilla resplandeciente, asombro de ver para todos, tanto para los dioses inmortales como para los hombres mortales.

De su raíz cien brotes nacieron, extraordinaria fragancia, y todo el amplio cielo en lo más alto y la tierra entera se regocijaron, y también el salado oleaje del mar.

En ese momento, ella, asombrada, extendió sus dos brazos para coger el bello juguete, la tierra de anchos caminos se abrió en la llanura de Nisa, y el soberano que acoge a muchos se precipitó sobre ella con sus caballos inmortales, el hijo de Crono, el de muchos nombres.

Y una vez que se apoderó de ella, contra su voluntad, en su carro de oro se la llevó, entre lamentos. Y entonces gritó hacia lo alto con su voz llamando a su padre el excelso e insigne Crónida.

Pero ninguno de los inmortales ni de los hombres mortales oyó su voz, ni los olivos de espléndios frutos; únicamente la joven hija de Perses, prudente, la oyó desde su cueva, Hécate de resplandeciente velo, y el soberano Helios, hijo ilustre de Hiperión, cuando la joven llamaba a su padre Crónida”.

Teogonía de Hesiodo

Al que ella quiere, grandemente le asiste y ayuda; en el juicio se sienta junto a los venerables reyes, y en el ágora hace destacar entre la gente al que ella quiere. O cuando armados de coraza marchan los varones hacia la guerra destructora de hombres, allí la diosa asiste a los que quiere decididamente concederles la victoria y encumbrarles de gloria. Es capaz de asistir a los nobles que quiere y con igual capacidad, cuando los jóvenes compiten en juegos, allí los asiste y ayuda la diosa; y el vencedor en fuerza y capacidad, fácilmente y contento se lleva un magnífico premio y proporciona gloria a sus padres. A los que trabajan en el mar intransitable y elevan sus súplicas a Hécate y al resonante Ennosigeo, fácilmente la ilustre diosa les concede pesca abundante y fácilmente se la quita cuando parece segura si así lo desea su corazón. Es capaz de aumentar el ganado en los establos junto con Hermes, y en cuanto a las manadas de bueyes, los extensos rebaños de cabras y las majadas de lanudas ovejas, si así lo desea en su corazón, multiplica los pequeños y disminuye los numerosos.
Todavía ahora, cuando alguno de los hombres de la tierra los propicia, celebrando magníficos sacrificios según costumbre, invoca repetidamente a Hécate. Muy fácilmente obtiene gran honor aquél cuyas súplicas acepta complaciente la diosa, y le concede prosperidad puesto que está en su mano.


Animales de Hécate

Hècate fue relacionada con varios animales, tanto si era personificada en su forma triple, como de forma única. Se la representaba con la cabeza de serpiente, león, caballo y quizás la más popular: de perro, incluso al punto de ser llamada “La Perra”. En Tracia su manifestación era un perro, y los griegos y romanos advertían que su cercanía era anunciada por aullidos o ladridos de éste animal, animal con el que tambièn se asociaba a la Diosa Diana, conocida de igual forma como una Diosa de la “hechicería”.
Cual era el papel del perro y porque se lo relacionaba con Hécate? En varios pueblos y culturas los cadáveres eran dejado a los buitres y perros para ser devorados por ellos y ser liberados así de este mundo. . Asi lo dice Ana Silvya Caracic en su escrito “El imaginario de la Luna y la muerte a traves del tiempo” (lll):
Entre los escandinavos, el fuego que destruye los cadáveres es visto como un devorador y se lo llama “lobo”, “perro”. ¿Es casualidad que Odín alimente a sus perros Geri y Freki, cuyos nombres significan el “voraz” y el “devorador” con los cadáveres de los héroes caídos en batalla. Vogules y ostyakos ven al demonio de la muerte bajo la forma de perro. En Kamchatka hay un dicho: La forma más segura de llegar al paraíso es la de ser devorado por bellos perros. Aquí, el acto de ser devorado por un animal representa la imagen de la muerte, no el animal sino el acto.
En India, el dios Prajapati creó la muerte como el “devorador”.


Mencioné que todo dependía del contexto geográfico y cultural, vean que la imagen del devorador en África es la hiena, ella cumple esa función. Entre los dinkas y los nuer, es la hiena la que corta la cuerda que antes ataba el cielo y la tierra, y por la que trepaban los ancianos para volver después a descender, ya rejuvenecidos.

Entre los indios de Norteamérica la función recae en el coyote y en el lobo. Son concebidos como poderes hostiles que amenazan la vida. Vean que a pesar de la lejanía con los escandinavos, en el mito de los indios luisenos del sur de California, hay elementos que podrían compararse con los europeos nórdicos. Dicen que las gentes primitivas contaban que al morir al Luna, que vivía en la tierra y no en el cielo, mandaron al coyote a buscar fuego. Durante su ausencia, la mosca azul encendió una llama en la cual fue arrojada Ouiot, la Luna. Apareció el coyote, se arrojó sobre Ouiot, le arrancó el corazón y lo devoró. Después de esto, Ouiot apareció en el cielo. Vean aquí que el coyote es un devorador, un adversario que amenaza la luz y la vida; pero la otra vertiente simbólica nos dice que por ese acto, aunque devoró el corazón de la Luna, la ayudó, sin querer, a subir al cielo y convertirse en la luz nocturna que los hombres necesitaban. Este es al mismo tiempo un mito etiológico, o sea que explica causas. Vean también que la muerte está asociada a la luna.

Aunque el monstruo devorador es custodio de las puertas del Otro Mundo, el hombre lo proyectó como imagen de la muerte misma. Es el devorador de la vida, el que la arranca. Hay completo acuerdo en afirmar que la realidad última en esta vida terrena es la muerte.” “….Y por supuesto, tenemos en el área germánica la cacería salvaje, que no es otra cosa que la caza de la hueste de los muertos bajo forma de perros negros, lo que trae a colación el temor que genera en la gente el escuchar los aullidos de los perros de la muerte. Este tema de la Caza Salvaje es persistente en Europa.”

Los perros son vistos como guias de los espíritus al “otro mundo”, sin duda, éste es el aspecto de Hécate que se reflejaba al tener al perro como acompañante e incluso como una personificación de sí misma, esto se confirma al ver otro animal con el que era asociada: La serpiente, que personifica la muerte y renacimiento y es un símbolo de transformación; la Amanta que significa “sin fin” , la muerte y renacimiento unidas en un único ciclo vital.

Tal vez parezca muy agresiva la imagen del perro devorador, pero debe verse bajo la forma del “agente transformador”: El perro devora y aquello que fue devorado es irremediablemente cambiado, transformado. El mensaje sería que el custodio de las puertas al otro mundo también es el encargado de trasformar, y no es acaso la muerte la transformación mas definitiva?.

El caballo a su vez es visto como el “transporte” al más allá, éste animal es también mencionado en la leyenda de la Caza Salvaje, que dice que el hombre encapuchado viene galopando en busca de personas que llevarse al otro mundo. Así en estos animales vemos al trasporte, a los guardianes del otro mundo y al agente transformador que es la muerte, y la conjunción de todos ellos en forma de serpiente: la regeneración.

Si recordamos a Hécate como una Diosa- Madre, Cetónica, la Tierra, y la destructora por excelencia, es la que nos conduce y nos transforma, de muerte a vida, de vida a muerte Y es de esta forma en que se establece su relación con la luna, por ser ésta directamente relacionada con los ciclos, nacimiento-crecimiento-muerte-renacimiento.

Y aquì es dònde aparece quizás la relaciòn de Hécate con el Leon: En la Isla de Semotracia, en Tracia, existia uno de los principales santuarios prehelenicos. Construido al oeste de las murallas de la ciudad de Semotracia, fue reconocido en la época clásica por su culto mistérico. La identidad y la naturaleza del panteón de Los Grandes Dioses resulta enigmatico, el conjunto de Dioses era llamado o simplemente “Grandes Dioses”. Era un conjunto de Dioses Cetónicos que estaban agrupados alrededor de una Gran Diosa Madre, la que era representada en las monedas de Semotracia, sentada y con un león al costado.