Al
que ella quiere, grandemente le asiste y ayuda; en el juicio se sienta junto a
los venerables reyes, y en el ágora hace destacar entre la gente al que ella
quiere. O cuando armados de coraza marchan los varones hacia la guerra
destructora de hombres, allí la diosa asiste a los que quiere decididamente
concederles la victoria y encumbrarles de gloria. Es capaz de asistir a los
nobles que quiere y con igual capacidad, cuando los jóvenes compiten en juegos,
allí los asiste y ayuda la diosa; y el vencedor en fuerza y capacidad,
fácilmente y contento se lleva un magnífico premio y proporciona gloria a sus
padres. A los que trabajan en el mar intransitable y elevan sus súplicas a
Hécate y al resonante Ennosigeo, fácilmente la ilustre diosa les concede pesca
abundante y fácilmente se la quita cuando parece segura si así lo desea su
corazón. Es capaz de aumentar el ganado en los establos junto con Hermes, y en
cuanto a las manadas de bueyes, los extensos rebaños de cabras y las majadas de
lanudas ovejas, si así lo desea en su corazón, multiplica los pequeños y
disminuye los numerosos.
Todavía ahora, cuando alguno de los hombres de la tierra los propicia,
celebrando magníficos sacrificios según costumbre, invoca repetidamente a Hécate.
Muy fácilmente obtiene gran honor aquél cuyas súplicas acepta complaciente la
diosa, y le concede prosperidad puesto que está en su mano.
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